El pasado sábado 10 de marzo de 2007 se realizó la séptima cena mensual “Rumbo a los 100 Años” y ,como de costumbre, un total éxito coronó los esfuerzos de la Comisión de Festejos de los 100 Años.
Más de 140 comensales degustaron un exquisito asado, con ensalada, helado de postre. Además se realizó un espectáculo artístico de gran categoría que fue la actuación del dúo Amanecer que deleitó a la gran concurrencia.
En la parte emotiva de la grata reunión fueron homenajeados varios laurelistas que por su entrega a la causa albiverde recibieron sendas medallas.
Recibieron la medalla ante el estruendoso aplauso las siguientes personas:
Juan Carlos, José y Andrés Roverano
Eduardo “Pato” Cossini Pini
José Bautista Di Pascua ("Carusso")
Leonidas Tarela Sanchez
Jorge “Lamparita” Cúneo
Artigas Ferreira
Graciela Abbate Peirano
Dr. Nelson Hugo Flores
Hugo Abbate Pini
LAURELISTA DESTACADO
Nuestro maestro de ceremonias, periodista Julio Perroux, destacó especialmente a una figura que, por razones de trabajo, hace menos de dos años que está en esta Institución y ya es un gran colaborador.
Su nombre, ROBERTO SIERRA, es Gerente Departamental del Banco de Previsión Social, y luego de un concurso en que obtuviera elevado puntaje le permitió hacerse cargo de la Oficina en Fray Bentos.
Fue invitado por dos compañeros de trabajo a visitar la Sede, accedió, llegó, le gustó, mejor dicho le encantó el ambiente y el entorno. Admiró la enorme cantidad de trofeos que engalanan nuestra sede. Por su manera especial de ser se hizo de un montón de conocidos, que hoy ya son sus amigos que lo estiman de manera muy especial.
Se prendó de los colores verde y blanco, comenzó a trabajar dando una mano en todo lo que puede. Su capacidad, su enorme voluntad de trabajo y su experiencia en el deporte hace que su colaboración, fundamentalmente para la Comisión de 100 Años, sea por demás importante. Una pequeña muestra de lo que es Roberto, ocurrió en está última cena, invitó a su esposa Gloria a que viniera desde Rosario (Colonia) a la Cena, ella accedió. Pero ocurrió que Roberto vio que faltaba gente en la parrilla donde se estaba haciendo el asado y allí se puso a dar una mano. Cuando ya terminábamos de cenar, llegó, luego de darse una ducha a ocupar su lugar en la mesa y mientras degustaba el asado habrá pensado para sus adentros, “Misión Cumplida”. |